¿Qué sabemos hasta ahora del coste del Brexit?
En mayo de 2020, el periodista James Forsyth, que goza de buenos contactos, escribió en The Spectator que el gobierno británico se encontraba cómodo con la idea de abandonar la UE sin un acuerdo. La razón era que los asesores pensaban que “el coronavirus ha colapsado el comercio y los viajes por todo el mundo, eclipsando cualquier cambio que pueda traer el Brexit”. Como ha demostrado mi serie sobre el impacto del Brexit en el comercio de bienes, esto resultó ser incorrecto: abandonar el mercado único y la unión aduanera ha reducido el comercio de bienes del Reino Unido en alrededor de un 15%. Sin embargo, el gobierno tenía razón en una cosa: la pandemia ha dificultado aislar el impacto del Brexit en otros indicadores económicos, como el PIB, el comercio de servicios o la inversión. Ahora que muchas economías avanzadas se han recuperado y están cerca, o por encima, de su nivel de producción previo a la pandemia, podemos comparar el comportamiento económico de Gran Bretaña en relación a sus iguales. Los resultados son preocupantes.
Este informe proporciona estimaciones del impacto del Brexit —y la pandemia—, en el PIB de Gran Bretaña, en la Formación Bruta de Capital Fijo (FBCF, una medida amplia de la inversión en toda la economía), en el comercio de servicios y en el comercio de bienes, para el último trimestre de 2021. Las estimaciones se muestran en el gráfico 1. El PIB del Reino Unido es un 5,2% inferior al del doppelgänger. La inversión es un 13,7% menor; el comercio de bienes, un 13,6% menos; y el comercio de servicios un 7,9% más alto.
Estas estimaciones se basan en modelos trimestrales separados de PIB, FBCF y comercio de servicios y bienes, que comparan los resultados del Reino Unido con los de sus pares hasta el último trimestre de 2021.
En cada caso, un algoritmo compara datos sobre el rendimiento económico del Reino Unido con los de otras 22 economías avanzadas. Selecciona un subconjunto de esos países y asigna a cada uno de ellos una ponderación, para crear una “cesta” de países que minimiza la diferencia entre sus datos y los del Reino Unido. El algoritmo busca equiparar la tasa de crecimiento del PIB real, la FBCF, el comercio de bienes y servicios, desde el primer trimestre de 2009, así como la tasa de inflación, la producción industrial como porcentaje del PIB, el promedio de años de escolarización y otras variables. Luego podemos comparar el resultado de este doppelgänger con el del Reino Unido.
El método del doppelgänger es útil porque crea una economía hipotética cuyo crecimiento del PIB y de otras variables es muy similar al de Gran Bretaña antes del referéndum, basándose en el rendimiento económico real de otros países. No tiene mucho sentido comparar el Reino Unido con, por ejemplo, Japón o Italia, cuyas tasas de crecimiento del PIB son más lentas, en parte porque sus sociedades han ido envejeciendo más rápidamente. Este método también es mejor que comparar el tamaño de la economía británica ahora con un momento anterior, como el de inmediatamente antes de la salida del mercado único y la unión aduanera. El Brexit tenderá a reducir el crecimiento a medio plazo más que el del nivel del PIB, por lo que es poco probable que veamos grandes caídas inmediatas en la actividad que constituirían una “prueba del delito” irrefutable. Lo que necesitamos, por el contrario, son economías parecidas para poder comparar. El método doppelgänger nos permite encontrar el mejor conjunto de economías similares con las que confrontar a Gran Bretaña.
Cuán sólidas son las estimaciones para el PIB, la inversión, el comercio de servicios y bienes, y hasta qué punto es posible apuntar al Brexit o al COVID. Cuál es el impacto del Brexit en la inflación.
PIB
Para estimar el impacto en el PIB, el algoritmo encuentra el doppelgänger a partir de los datos que van del primer trimestre de 2009 al segundo trimestre de 2016 (el trimestre del referéndum). El gráfico 1 muestra que la brecha entre Gran Bretaña y el doppelgänger creció hasta el 2,9% en el cuarto trimestre de 2019, antes de que se desencadenara la pandemia. Ésta contrajo la economía británica mucho más que la del doppelgänger, pero el repunte posterior redujo la brecha al 5,2% o, lo que es igual, 31.000 millones de libras esterlinas, para finales de 2021.
El doppelgänger está compuesto por Estados Unidos (31%), Alemania (15%), Nueva Zelanda (14%), Noruega (8%) y Australia (5%). Los países restantes representan menos del 5% del doppelgänger cada uno.
Podemos poner a prueba la estimación comparando el Reino Unido con la media del resultado del PIB de las otras 22 economías avanzadas (y no con el grupo más pequeño de países que el algoritmo selecciona para formar el doppelgänger). El gráfico 2 muestra que la brecha es muy similar, del 4,9%.
Esto sugiere que la mayor parte de la diferencia se debe al Brexit, no a la COVID. Antes de la pandemia, la brecha era considerable, y abandonar el mercado único habrá elevado aún más el coste del Brexit para el PIB. El Reino Unido tuvo una recesión particularmente profunda en 2020, pero puso fin a las restricciones de la COVID antes que muchos de sus pares, gracias en parte a que comenzó su campaña de vacunación a principios de 2021. Eso debería haber logrado que su recuperación fuera más rápida que la de otros países, no más lenta. Veremos si el Reino Unido cierra la brecha con el doppelgänger en futuras publicaciones de datos. Pero que la economía esté tan rezagada debería preocupar tanto a laboristas como a conservadores, quienes han guardado silencio sobre el impacto del Brexit en el rendimiento económico del país.
Es necesario mencionar, no obstante, algunas advertencias. La primera es que Estados Unidos tiene una ponderación bastante alta en el doppelgänger, con un 31%. Mi método reduce el peso de países concretos, pero las economías del Reino Unido y Estados Unidos son tan similares que el algoritmo siempre otorga al Estado americano una gran ponderación. Éste ha tenido una política fiscal más relajada que el Reino Unido durante varios años, primero con los recortes de impuestos de Donald Trump y luego con ayudas directas a los ciudadanos para estimular la economía, aumentos del seguro de desempleo y otros grandes gastos discrecionales durante la pandemia. Esto eleva un poco la estimación del coste del Brexit y el COVID: el estímulo fiscal ha elevado el crecimiento de Estados Unidos, lo que aumenta ligeramente el del doppelgänger. Pero si elimino a Estados Unidos del grupo de países que selecciona el algoritmo, el Reino Unido todavía se sigue quedando por debajo en un 4,9%, o 29.000 millones de libras.
La segunda advertencia es que ha sido difícil comparar el PIB entre países durante la pandemia. Por ejemplo, los institutos nacionales de estadística han elegido diferentes formas de contabilizar el cierre de los colegios y el aumento del gasto en sanidad en las cuentas nacionales. Según los datos, la economía del Reino Unido recibió un golpe inusualmente grande en el segundo trimestre de 2020 en comparación con otros países, a pesar de imponer medidas de confinamiento similares. Las revisiones de datos pueden ser mayores de lo normal en el futuro, y es posible que la diferencia entre Londres y otros países aumente o disminuya.
Inversión
Al igual que con el PIB, la estimación de la inversión también utiliza datos entre el primer trimestre de 2009 y el segundo trimestre de 2016, el trimestre del referéndum, para encontrar los países más apropiados para componer el doppelgänger. Como muestra el gráfico 1, existe un claro efecto Brexit, con una formación bruta de capital fijo estancada entre 2016 y el comienzo de la pandemia. A finales de 2021, la inversión no había recuperado su nivel anterior a la pandemia y era un 13,7% (o 15.000 millones de libras) más baja que en el doppelgänger. Por el contrario, el éste había recuperado su nivel previo a la pandemia. Esta es quizás la estimación más preocupante: el futuro crecimiento de la productividad y de los niveles de vida depende de la inversión que se haga ahora. La inversión del Reino Unido está en punto muerto.
Al compararla con mi grupo de 22 economías avanzadas, la inversión del Reino Unido desde el referéndum solo supera a la de Japón. Eso supone un acusado contraste con los resultados de Gran Bretaña entre 2008 y el referéndum, cuando su crecimiento de la FBCF se situaba en un sexto lugar, por detrás de Irlanda, Luxemburgo, Suecia, Suiza y Estados Unidos.
El grupo de países que forman el doppelgänger son Estados Unidos (48%), Nueva Zelanda (15%), Islandia y Dinamarca (9%) y Japón (8%). Los países restantes suponen menos de un 5% cada uno. Una vez más, Estados Unidos asume una gran proporción del total, pero si lo eliminamos del conjunto de países entre los que elige el algoritmo, la brecha con el Reino Unido cae ligeramente al 12,6%, o 14.000 millones de libras.
Comercio de servicios
A diferencia del PIB y la inversión, la estimación del comercio de servicios utiliza un conjunto de datos más extenso (entre el primer trimestre de 2009 y el cuarto trimestre de 2019) para encontrar los países que componen el doppelgänger. Utilizo una serie temporal más amplia porque los datos del comercio de servicios no mostraron una desaceleración en anticipación a que el Reino Unido abandonara el mercado único. La sorpresa es que su comercio de servicios ha superado al doppelgänger en un 7,9%, u 8.700 millones de libras.
Sin embargo, a diferencia de otras estimaciones, si se elimina el país más grande del doppelgänger, el rendimiento superior del Reino Unido desaparece. Esto significa que no podemos descartar que el efecto sea, en realidad, cero (el apéndice lo explica con más detalle). El doppelgänger está compuesto en su mayor parte por Australia (35%), Grecia (20%), España (9%), Estados Unidos (8%) y Alemania y Luxemburgo (5% cada uno). Si sacamos a Australia del grupo, el Reino Unido pasa de un rendimiento superior del 8% a una diferencia negativa del 9%.
Hay dos posibles explicaciones para la falta de certeza en la estimación. La primera es que abandonar el mercado único solo ha tenido un pequeño efecto en el comercio de servicios: la caída del comercio de servicios en el primer trimestre de 2021, cuando se fue el Reino Unido, es pequeña (ver gráfico 1). La segunda es que la COVID ha eclipsado el impacto del Brexit porque el turismo y otros servicios que requieren que los productores o clientes crucen una frontera representan una mayor parte del comercio de servicios de otros países, mientras que es probable que una proporción inusualmente grande del comercio de servicios del Reino Unido se pueda proporcionar de forma remota. Los bancos, los mercados financieros, los abogados, los contables y los consultores pudieron continuar brindando sus servicios gracias a Internet durante la pandemia, mientras el turismo se hundía. A medida que los viajes internacionales vayan recuperando sus niveles normales, podrá establecerse con más certeza esta estimación.
Comercio de bienes
Hay dos diferencias entre mi estimación aquí y la serie que he publicado a lo largo de 2021. La primera es que ahora estoy usando datos trimestrales en lugar de mensuales. La segunda es que estoy usando cifras constantes en lugar de actuales, lo que elimina la tasa de inflación de los bienes comercializados (que ha estado aumentando rápidamente). Pero la estimación en términos reales es similar a la de los precios actuales: según datos trimestrales, dejar el mercado único y la unión aduanera ha reducido el comercio de bienes de Gran Bretaña en un 13,6%, en comparación con el aproximadamente 15% que arrojan los datos mensuales.
Los países que componen el doppelgänger son Estados Unidos (33%), Luxemburgo (11%), Australia (8%), Alemania y Grecia (7 % cada uno), Islandia (6%) e Italia (5%). Cada uno de los países restantes representa menos del 5% del doppelgänger. En todo caso, el alto porcentaje de Estados Unidos reduce la estimación del coste del Brexit. Si quitamos a EE UU del grupo, la brecha entre el Reino Unido y el doppelgänger se eleva al 17,2%.
Gran parte de esta diferencia negativa por parte del Reino Unido se debe al Brexit, no a la COVID: otros países han estado disfrutando de un boom del comercio de bienes en 2021 del que el Reino Unido no ha conseguido beneficiarse. Además, se produjo una gran caída en el comercio de bienes británico en el primer trimestre de 2021, inmediatamente después de la salida del país del mercado único.
Mercado de trabajo e inflación
Algunos analistas han argumentado que el Brexit ha sido una de las principales razones por las que el Reino Unido ahora tiene la tasa de inflación más alta del G7. Esto concuerda con la teoría económica: el Brexit aumenta las barreras comerciales con el mayor socio comercial del Reino Unido, lo que debería hacer subir el precio de las importaciones, y el fin de la libre circulación reduce la oferta de mano de obra potencial. Ambos deberían aumentar la inflación. El think tank UK in a Changing Europe halló que salir del mercado único y la unión aduanera empujó los precios al alza en un 6%, por ejemplo.
Sin embargo, hasta el momento la evidencia no sugiere que el Brexit sea la razón principal de los aumentos de precios generalizados.
En primer lugar, el número de personas con trabajo en el Reino Unido cayó en alrededor de 480.000 entre 2020 y 2021, pero esto se debió más a los trabajadores británicos que pasaron a la inactividad que a la pérdida de trabajadores de la Unión Europea. La Oficina Nacional de Estadística calcula ahora que la pérdida neta de ciudadanos de la UE fue de alrededor de 94.000 en 2020. El número de personas inactivas en edad de trabajar, por el contrario, aumentó en 630.000 entre el primer trimestre de 2020 y el cuarto trimestre de 2021, ya que muchos trabajadores mayores abandonaron el mercado laboral.
En segundo lugar, las cifras de inflación importada del Reino Unido y la eurozona no son muy diferentes, lo que sugiere que ambas jurisdicciones están pasándolo igual de mal por la rápida inflación de bienes importados, energía y otros productos básicos. Los “deflactores de importación” miden los precios de importación, y mientras que el Reino Unido tuvo una inflación de importación más rápida entre 2017 y 2021, la eurozona tuvo una inflación más veloz en 2021, el año en que el Reino Unido abandonó el mercado único y la unión aduanera.
Estas estimaciones están en buena medida en línea con las de la Oficina de Responsabilidad Presupuestaria (OBR, en sus siglas en inglés), el organismo independiente encargado de hacer previsiones, que el ministro de Economía, Rishi Sunak, debe usar como base para sus decisiones fiscales y de gasto. El OBR pronostica que el Brexit reducirá la productividad del Reino Unido en un 4% a largo plazo. Por el contrario, su previsión a largo plazo respecto a la COVID asume que la pandemia reducirá su PIB en aproximadamente un 2%.
El Brexit es la principal razón por la que el ministro de Economía está subiendo los impuestos a su porcentaje más alto del PIB desde la década de los 60. Si bien el ministro ha afirmado que este aumento en las contribuciones al Seguro Nacional (un impuesto sobre las nóminas) está destinado a financiar el sistema sanitario y la asistencia social, estos aumentos de impuestos no habrían sido necesarios si el Reino Unido se hubiera quedado en la UE (o en el mercado único y la unión aduanera). Ian Mulheirn, economista jefe del Tony Blair Institute, ha demostrado que, según las previsiones de la OBR, el Brexit empeorará las finanzas públicas en 30.000 millones de libras. Las subidas de impuestos de Sunak en marzo de 2021 ascendieron a 29.000 millones de libras.
Es complicado separar con precisión el impacto del Brexit y de la COVID en la economía del Reino Unido. Pero también es difícil evitar la conclusión de que éste ha reducido severamente el PIB, la inversión y el comercio de bienes (mientras que el jurado todavía está deliberando sobre el caso del comercio de servicios y la inflación parece haber sido impulsada más por factores globales que por el Brexit). A los políticos británicos les va a resultar difícil ignorar el papel central del Brexit en los problemas económicos del Reino Unido durante mucho más tiempo.
El artículo original en inglés ha sido publicado en CER.