Los británicos defienden a España e Irlanda

Los británicos defienden a España e Irlanda: alemanes son también culpables de la crisis

Opinion piece (Invertia)
Philip Whyte, Simon Tilford
23 November 2011

Los expertos del Centre for European Reform (CER), una agrupación británica pro europea, Simon Tilford y Philip Whyte, aseguran en el informe “¿Por qué normas más estrictas ponen en peligro a la UE?” que no toda la culpa de la actual crisis es de los países periféricos, los mal llamados PIIGS (Portugal, Italia, Irlanda, Grecia y España).

“La interpretación del norte de Europa, que es la que ha prevalecido, distingue entre unos pecadores y unos virtuosos”, reconocen. Según este planteamiento el pecado capital de la periferia ha sido el despilfarro de los gobiernos y la pérdida de competitividad, mientras que los virtuosos han conseguido consolidar sus finanzas públicas y mejorar su competitividad, por el aumento de productividad y la reducción de salarios.

Un planteamiento que acusan de simplista, ya que, según sus estudios, “la crisis de la eurozona es una historia de apalancamiento bancario excesivo y de mala gestión del riesgo en el núcleo (Alemania) a partir del exceso de consumo y la inversión inútil en la periferia”.

En la publicación alertan de que “si la zona euro hubiera sido una unión fiscal en toda regla, no estaría en su situación actual”. Y ponen de ejemplo la deuda total pública de la eurozona y sus ratios de déficit que “después de todo, no son peores que los de EE UU, pero al no ser una unión fiscal se enfrenta a una crisis existencial y EE UU no”.

Ambos autores salen en defensa de los gobiernos español e irlandés, “es un error, sin embargo, culpar del aumento de la deuda periférica al despilfarro de los gobiernos: Grecia es el único país donde esto es cierto”. “En Irlanda y España, fue el sector privado (en particular los bancos y los hogares) quien tiene la culpa”, aclaran.

”Los países acreedores no pueden ser absueltos de toda culpa”, aseguran. Y ponen de ejemplo “el crecimiento de las exportaciones en países como Alemania y Países Bajos, dependió del aumento del endeudamiento extranjero”. Pero su mayor crítica es hacía la banca de los países centrales, ya que “los conductos para el capital que fluía desde el núcleo hasta la periferia fueron los bancos y por ello el grado de apalancamiento de estos en Alemania, Holanda o Bélgica es más alto que en la periferia”.

La crisis actual, entonces, no es simplemente “una historia de irresponsabilidad fiscal y la pérdida de competitividad en la periferia geográfica de la zona euro”, según el CER. Se trata también de “desequilibrios macroeconómicos insostenibles a los que el lanzamiento del euro ha contribuido tanto en los países acreedores como los deudores”.

MAYOR CONSOLIDACIÓN Y EUROBONOS

Ante este panorama de culpa compartida, desde el CER proponen una serie de reformas de gran alcance de las instituciones fundamentales de la zona euro porque “la crisis es de carácter crónico”. Además, alertan de que de no pasar por una refundación de la UE, “existe el riesgo de una corrección desordenada que termine en ruptura”.

Los mandatarios europeos deberían ponerse de acuerdo en medidas a largo plazo que pasan, según el CER, por:

-“ La mutualización parcial del coste de endeudamiento soberano (eurobonos)”.

- El respaldo de toda la zona euro al sector bancario.

- Una unión más reorientada a la cohesión macroeconómica con “un mandato más amplio para el BCE”, “una política fiscal coordinada de los estados miembros” y “una balanza comercial que se reduzca simétricamente”.

Además de este tridente de medidas, llaman la atención sobre el hecho de que “el euro es una unión monetaria sin una cuenta del Tesoro o de un prestamista de última instancia” y de que “los mercados nacionales no son los suficientemente flexibles e integrados”. Otra serie de problemas que no hay que dejar de lado, según los expertos.

”La reticencia para que el BCE actúe como prestamista de última instancia a los gobiernos, por ejemplo, ha planteado dudas en los mercados financieros sobre el compromiso de la UE con la zona euro y ha debilitado la confianza en los países solventes como España e Italia”, alertan.

Desde el CER, también atacan a los planes impuestos desde el eje franco-germano, el llamado directorio Merkozy. “El castigo (contraproducente) de ajustes económicos impuestos a los países deudores contrasta con la complacencia de justicia que se muestra con los países acreedores”, señalan. Según el informe, los países centrales deberían preocuparse por la salud de sus bancos ya que “los mismos países que han insistido en los desgarradores ajustes han sido a menudo los que más han tratado de ocultar la fragilidad de sus propios bancos”.

”Esta asimetría en el tratamiento ha profundizado la crisis y el aumento del coste de su solución”, apuntan. “Un año de castigo a Grecia con austeridad ha terminado por contraer más al país y empujarlo hacia la insolvencia”, recogen en su estudio. Además, creen que el contagio ha sido tal que otros países han tenido que aceptar rescates y “tragar la misma medicina que Grecia”. Un contagio retroalimentado desde la UE con el bucle en el que han entrado la banca y la deuda soberana, unos compran la otra y al final terminan más “contaminados”.

LA SALIDA DEL EURO, UNA OPCIÓN A TENER EN CUENTA

Por ello, desde el CER alertan que de seguirse en la UE con la actual tendencia política “una ola de incumplimientos soberanos y de quiebras bancarias son inevitables”. “Una gran parte de la unión monetaria se enfrenta a la recesión y la deflación y si el BCE y el FEEF no mantienen a raya el rendimiento de los bonos, los países se enfrentan a un endeudamiento insostenible y el incumplimiento en el medio plazo”, apuntan.

Ante este desolador panorama para los países del euro, el CER contempla que “entre la depresión permanente y el aumento de carga de deuda, los países elegirán salirse de la unión monetaria”. Una opción que les permitirá “imprimir dinero, recapitalizar sus bancos y escapar a la deflación”. Y en su quiniela incluye a España e Italia, ya que al ser los más grandes no tienen otra opción. Una salida que de llevarse a cabo, la del reino de España o de la República italiana, terminaría por arrastrar también a Francia según el estudio.